FORD MUSTANG MK3 92
Avanzamos otro pasito más en nuestro repaso a las generaciones del
Ford Mustang y llegamos a 1979, el año en el que el
pony car sufrió su tercera remodelación completa y que marcaba el inicio de la tercera generación. Los denominados
Fox Body.
Particularmente, son los menos agraciados para mi gusto, pero no por
ello hay que menospreciarlos, puesto que en su primer año, las ventas
totales llegaron casi a la cifra de las
370.000 unidades vendidas, lo que supone una de las marcas más altas de su historia.
Como muchos han dicho en infinitas ocasiones, el
estilo europeo que se le quiso dar al
Ford Mustang
se alejaba demasiado del concepto inicial del coche y suponía un cambio
demasiado radical respecto a lo que estamos acostumbrados a ver en
generaciones anteriores.
En cierto modo, la adaptación de los
Fox Body al estilo europeo podría tener su explicación. Los
Import
empezaban a pegar fuerte en el mercado norteamericano, principalmente
por sus motores más pequeños y eficientes, por lo que en Ford decidieron
unirse al enemigo en lugar de enfrentarse a él directamente.
El cambio de diseño también supuso un cambio de plataforma, que como
todos habréis imaginado, se llamaba Fox. Esta plataforma la compartía
con el
Ford Fairmont y el
Mercury Zephyr, pero el
Ford Mustang era bastante diferente en concepto con sus dos primos. Por no decir totalmente diferente.
El uso de un diseño europeo se basó principalmente en atraer a nuevos compradores y también en conseguir que el
Ford Mustang
fuese algo más eficiente, gracias a un nuevo exterior más aerodinámico
que su predecesor y con una construcción menos pesada que en anteriores
generaciones.
Aparte de eso, la nueva plataforma Fox le dotó de más habitabilidad, ya que era 4 pulgadas
(10,16 cm)
más largo y su batalla también era cuatro pulgadas más larga. A pesar
del aumento en sus dimensiones, su peso se redujo en casi 100 kg, lo que
supone un buen adelanto respecto a generaciones anteriores. Eso sí,
todos estos beneficios sacrificaron su seña de identidad,
un diseño puramente americano.
Es curioso que a pesar del
rechazo inicial de la gente, provocado por el cambio tan radical al que se vió sometido en 1979 el
Ford Mustang, poco a poco los clientes se fueron acostumbrando a sus nuevas formas y sobre todo, entendieron que el
pony car necesitaba este cambio. Las ventan avalan esto.
La lacra de la crisis del petróleo hizo estragos en el
Ford Mustang. A pesar de no ser un coche concebido inicialmente para las altas prestaciones, muchos seguidores han relacionado al
pony car con grandes motores V8 y potencias cercanas a los 300 CV. Culpa de ello tenían las ediciones de
la primera generación
como el Mach 1, los Boss o los Shelby Mustang. Y razón no les faltaba,
desde 1965 hasta 1973 siempre había habido alguna edición de alto
rendimiento.
Esto se perdió con la llegada de los
Ford Mustang II e incluso en los primeros años de la tercera generación, los
Ford Mustang no contaban con una versión destacable y con una buena cifra de potencia.
De hecho, los estadounidenses llegaron a preguntarse si en Ford se habían olvidado de lo que fue el
Ford Mustang
con las versiones más prestacionales de sus primeros años de vida,
pensando que los ingenieros de la marca del óvalo habían desistido de
volver a incorporar en la gama modelos de alto rendimiento.
Hasta que llegó
Neil Ressler, ingeniero jefe de la
división de Compactos y Utilitarios de Ford, y se hizo cargo de la
resurreción de siglas y nombres míticos dentro de la gama del
Ford Mustang. Uno de los primeros pasos que dió para llevar a cabo su
Master Plan fue sustituir los carburadores de doble cuerpo por otros de
cuádruple cuerpo, lo que propició la vuelta del
Ford Mustang GT en 1982, volviendo a las señas de identidad de los clásicos Boss.
La búsqueda de una escalada de potencia también supuso una innovación dentro de las motorizaciones del
Ford Mustang. El equipo de la división deportiva
Special Vehicle Operations se hizo cargo de una nueva edición especial, el
Ford Mustang SVO que presentaba como principal novedad la inclusión de un
motor 2.3 turboalimentado de cuatro cilindros en línea, algo hasta ahora desconocido en cualquiera de sus variantes. Sus motores siempre habían sido atmosféricos.
Este aumento de las prestaciones ocasionó otro aumento, el más
importante, el de las ventas, que habían seguido una línea descendente
desde el pico de ventas de 1979. Pero el
Ford Mustang SVO
no aguantó el tirón, puesto que los consumidores, más tradicionalistas
que nunca, cuando buscaban un Mustang con buen rendimiento, siempre
optaban por lo clásico, el
motor V8 5.0, por lo que el motor turboalimentado se discontinuó en 1986 en favor de los V8.
A partir de 1986, el aumento de potencia entre los modelos más
prestacionales comenzó a quedarse estancado, comparando esta etapa con
la comprendida entre 1979 y 1986, pero se siguió en ello. Hasta tal
punto, que a principios de los ’90, Ressler y un equipo de preparadores
oficiales de Ford retomaron la filosofía del equipo
SVO con la intención de devolver al
Ford Mustang un modelo altamente prestacional.
Así crearon el
Special Vehicle Team, división que aún sigue presente en el desarrollo del
Ford Mustang con el trabajo realizado en el
2010 Shelby Mustang GT500. Con el grupo ya consolidado, la división
SVT presentaba el
1993 Ford Mustang SVT Cobra con el
motor V8 5.0 de 235 CV y diferentes mejoras en el chasis para un mayor maniobrabilidad.
Un poco más tarde, a finales de ese mismo año, lanzaron al mercado el
Ford Mustang SVT Cobra R, una versión preparada para la competición sin asientos traseros
delanteros,
aire acondicionado ni aislantes acústicos. Estos elementos se
eliminaron para la reducción de pesos. Los pedidos sobre esta unidades
especial llegaron de todas partes, agotando el cupo incluso antes de que
acabase su producción, de sólo 107 unidades.
Por cierto, el
Ford Mustang SVT Cobra nunca tuvo la aprobación de los directivos de Ford. Más que nada, porque
SVT nunca pidió permiso para producirlo.
Cambio fallido de plataforma
Llegados a 1987, en Ford deciden que es tiempo ya para una reforma en el
Ford Mustang.
Son 8 años con la misma plataforma y como todo en esta vida, el modelo
necesitaba una renovación. Desde dentro de Ford, algunos directivos
piensan que una mayor adaptación al estilo europeo sería el futuro del
Ford Mustang.
Aprovechando que Ford había firmado un acuerdo con Mazda para
producir el Mazda 626 y el Mazda MX-6 en una de las plantas de Detroit,
algunos de estos directivos propusieron adaptar
la plataforma de tracción delantera de Mazda a su modelo estrella, sentando las bases de lo que sería el
nuevo Mustang.
Esto se filtró a la prensa y una legión de editores de revistas
especializadas y seguidores comenzaron una campaña de desaprobación a la
nueva estrategia de mercado. ¿Cómo iban a osar montar un producto
completamente americano sobre una plataforma de origen japonés? ¡Ni
hablar! El
Ford Mustang no podía ser tracción delantera ni podía permitirse la pérdida otra vez de sus motores V8.
Tan grande se hizo esta campaña, que en Ford desistieron del intento de
japonesizar al
Ford Mustang.
El público objetivo, los que iban a comprar el coche, habían dado su
opinión y Ford no tuvo más remedio que pasar por el aro. El
pony car se quedaba tal y como estaba. Pero el trabajo no se perdió, de esta colaboración nació el
Ford Probe en 1989.
¿Entendéis ahora por qué el Ford Mustang sigue conservando el eje
rígido trasero? Será menos eficiente, más tosco de conducir, peor en
curvas y todo lo que un eje rígido acarrea, pero
la tradición pesa más que la cabeza y así es como quieren los seguidores del
Ford Mustang que siga siendo su coche preferido. A la antigua usanza.
Datos y cifras
- La nueva plataforma Fox hace su debut en 1979. Los nuevos modelos eran más largos y altos que el Ford Mustang II, aunque era 200 libras (90,71 kg) más ligero. Un ligero Euro Style sustituyó muchas de las señas de identidad del Ford Mustang en esta generación (¿eso es bueno o malo?). Las opciones de motor eran un cuatro cilindros 2.3, un V6 2.8, un seis en línea 3.3 y el famoso V8 5.0 de 140 CV.
- En 1980, el V8 302 (5.0) se sustituyó por motivos de eficiencia por un V8 255 (4.2) de 119 CV.
- En 1981, las prestaciones en general descendieron un poco
más. El motor 2.3 de cuatro cilindros turbo se cae de la lista de
opciones y el V8 255 baja su potencia hasta los 115 CV debido a los
nuevos controles de emisiones.
- En 1982, el Ford Mustang GT vuelve después de 12 años de
ausencia. El V8 5.0 con 157 CV también vuelve, así como la opción de
montar un techo T-Top.
- En 1983, vuelve a estar disponible el Ford Mustang Convertible. Con la recuperación de la filosofía de los Mustang Boss, el pony car
vuelve a sus raices de coche de altas prestaciones, dejando atrás la
crisis del petróleo y las estrictas normativas de emisiones que
condicionaron los Ford Mustang de los ’70.
- En 1984, el equipo de la división Special Vehicle Operation desarrolla el Ford Mustang SVO.
Presentaba un frontal con faros antiniebla, una entrada de aire
funcional en el capó y un doble alerón en la trasera. El motor de cuatro
cilindros 2.3 Turbo entragaba 175 CV.
- También en 1984, se crea una edición especial del Ford Mustang GT con el motor V8 5.0 para conmemorar el 20 aniversario del pony car. Su exterior estaba pintado en Oxford White y el interior estaba tapizado en Canyon Red.
- En 1985, el Ford Mustang recibe un motor V8 5.0 de altas
prestaciones, con 210 CV y asociado a una caja manual. La nueva
suspensión trasera Quadra-Shock le dotaba de una mejor tracción en el
tren trasero, evitando el derrapaje de las ruedas en las salidas,
mejorando sustancialmente la aceleración.
- Los motores V8 cambiaron el carburador por la inyección secuencial multipuerto en 1986.
- En 1987, el Ford Mustang tuvo un restyle con una nueva carrocería con lo que Ford denominó Aero-Look. El motor V8 5.0 entregaba ahora 225 CV.
- Para el 25 aniversario, todos los Ford Mustang producidos
entre el 17 de abril de 1989 y el 17 de abril de 1990 llevaban el
logotipo del Mustang corriendo con la inscripción “25 Years” montado
sobre el salpicadero.
- En 1990, se añadió el airbag del pasajero como equipamiento de serie.
- En 1991, el modelo de entrada a la gama recibió un nuevo
motor de cuatro cilindros 2.3 y 105 CV. Todos los modelos con el motor
V8 montaban unas nuevas llantas de 16 pulgadas y cinco radios.
- El discreto Ford Mustang LX 5.0 se convirtió en un objeto de
culto en 1992, llegando a superar las ventas combinadas del resto de
modelos de ese año.